borraja en tempura con miel
No me
fui demasiado temprano. Después de una semana de vientos fuertes y
calientes no tenía muchas esperanzas de ver gran cosa, pero hacía
mucho que no salía a mirar y me decidí. Fui camino a Linares de
Mora. Desde el coche ya divisé los semicírculos y círculos
característicos de hierba verde oscura y alta que delata dónde
salen las setas en los prados primaverales. Jiji. Miré por los
prados, miré en claros de bosque, incluso entre las ortigas, los
círculos estaban totalmente vacíos de setas, la hierba alta y la
hierba quemada alrededor, característica señal que deja el setal,
pero sin ninguna seta. O se las llevaron o no han salido.
No
siempre se encuentran, de hecho ya salí con poca confianza, pero
darse una vuelta por el monte siempre es gratificante y también se
aprenden cosas. En ocasiones encuentras otras cosas que merecen la
pena y en esta ocasión fueron dos las cosas que encontré que me
gustaron mucho. Un pueblo y un restaurante.
Llegué
a Linares de Mora pasada la una, entré en el Hostal la Venta que es
el primer Hostal (restaurante) que se encuentra al entrar al pueblo a
la derecha. Pregunté si había algún problema si venía a comer a
las 14:30, Antonio me dijo que no, que ésta para él era época
baja.
- Pues, me voy a visitar el pueblo y vuelvo.
- No hay problema, si hubiesen salido setas igual... pero no hay nada.
- He estado mirando pero no he visto nada.
- Fue mi mujer hace dos días y tampoco encontró nada.
- Habrá sido el viento.
- Cogimos algo hace dos o tres semanas, pero estos calores y el viento han cortado el proceso.
- Lástima. Sí. Vuelvo en un rato.
Empecé
a subir por el pueblo, era más grande de lo que me imaginaba, un
lugar precioso, un pueblo que no tiene nada que envidiar a ninguno
del Pirineo, me entusiasmó, os lo recomiendo. La provincia de Teruel
merece mucho la pena.
Volví
a La Venta, estábamos sólo cuatro mesas. En cualquier otra época
del año es aconsejable reservar.
- Hola.
- Ya estoy aquí, el pueblo es precioso.
- Sí, es un lugar especial.
- Lo es. ¿Dónde me puedo sentar?
- Aquí mismo.
- Gracias.
- ¿Vino y agua?
- Bien.
Me
trajo una botella de Borsao y una de Font Vella.
- ¿Qué quieres comer?
- ¿Qué me ofreces?
- Pues de primero tienes arroz con caracoles y pichones, esto es especialidad de la casa bajo encargo, mínimo seis personas, pero lo hemos hecho para una pareja de conocidos y por eso nos sobra.
- ¿Y si no lo vendéis?
- La idea es que nosotros comeremos y si hace falta mañana repetiremos.
- Qué bien, pero ¿qué más tienes?
- Escalivada, patatas rellenas de jamón con una salsa aioli, migas, crêpe de setas con espárragos trigueros (había más cosas pero no las recuerdo, todo muy apetecible).
- Escalivada.
- De segundo tienes pies de cerdo a la brasa, costillas a la brasa, secreto a la brasa, morcilla de arroz rellena de manzana, bacalao ajoarriero y... (las carnes tenían apellidos, pero se me han olvidado y había alguna cosa más)
- El bacalao, por favor.
Todo
estaba buenísimo, la cubertería muy maja, y el trato excelente.
- Los postres son caseros, tienes cuajada de leche de cabra, mousse de chocolate negro, helado de té de roca, crêpe con chocolate caliente ...
- Aunque casi nunca como lácteos, me apetece probar esa cuajada.
- No se hable más.
Trajo
el postre y un plato con una hoja de borraja en tempura con miel
(debe ser típico del Hostal).
Aún
me tomé un té de roca y todo me costo 19€. Merece la pena.
Me di
otra vuelta por el pueblo y acabé en una calle sin salida, desde ahí
se podían ver unos huertos y un prado con un círculo bastante
grande, no bajé a mirar, porque con lo visto antes y estando en el
pueblo, sería demasiado raro que hubiese algún perrexico.
Volví
al coche, llegué a casa y saqué unos Hidnum repandum del congelador
para cuando se hiciese la hora de cenar.
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